Sé exactamente cuándo cambió mi vida. En aquel preciso instante en que su mirada se cruzó
con la mía y dejé de ver la insulsa familiaridad en sus ojos para descubrir en ellos el peligro,
la pasión, la lujuria y el deseo.
Quizá tendría que haberlo evitado.
Quizá tendría que haber salido corriendo.
No lo hice.
Lo deseaba.
Más, lo necesitaba.
Al hombre y el fuego que encendía en mi
interior.
Vi en su mirada que él también me necesitaba.
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