Conocida por su flagrante exhibicionismo y por saltarse las estrictas reglas que rigen su sofisticado mundo social, las maneras salvajes de la joven suelen sorprender a la mayoría. Pero no a Lucien. De hecho, se siente irremediablemente atraído por su descaro.
Ciertamente, la chica necesita disciplina, y él está dispuesto a dársela. Pero domesticar a Elisa no va a ser ningún juego de niños. En su interior esconde un fuego capaz de devorar al más apasionado de los amantes.
Pero Lucien no es un hombre corriente, y no permitirá que lo manipulen. Para controlar a esta insolente belleza para someterla no tendrá más remedio que adentrarse en las ardientes llamas de su pasión...
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