miércoles, 5 de octubre de 2016

La espía enamorada

Millie se aproximó a Harrison sonriendo. Pese a sus rastas y sus piercings, el militar no había movido un solo músculo y no parecía impresionarle.

Mas estaba segura, de que, cuando se quitase su “disfraz”, entonces sí conseguiría que la mirara con la boca abierta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario