Somos trece chicas, cautivas, esclavas de nuestro amo.
Un amo que nunca hemos visto.
La obediencia se convertirá en todo lo que conocemos en nuestra superficial existencia.
Es la única emoción que estamos autorizadas a sentir.
Cuando somos malas, somos castigadas.
Cuando somos buenas, somos recompensadas.
Nuestras cicatrices son profundas.
Sin embargo sobrevivimos, porque tenemos que hacerlo...
Porque Él nos enseña a hacerlo.
Todas somos especiales, sentimos esto con todo nuestro ser.
Él nos tiene por una razón, pero es una razón que no sabemos.
Jamás hemos visto su rostro, pero sabemos que algo profundamente roto yace bajo la oscuridad.
Con cada toque, cada castigo, lo conocemos.
Entonces algo cambió.
Él me mostró quién es realmente.
Ahora lo quiero.
Voy a ir en contra de todo lo que sé para estar con él.
Un monstruo.
Mi monstruo.
Amarlo es un pecado, pero soy una pecadora.
No voy a parar hasta que vea cada una de sus partes. Incluso las partes que mantiene encerradas muy profundo en su interior.
Soy Número Trece, y esta es mi historia.
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