El sexo no es amor, pero se siente como si lo fuera… hasta que Sean sale huyendo de la habitación. Por un momento, todo parecía estar bien. La vida de Avery no se sintió tan imposible. Tenía al hombre y el dinero, pero todo cambia. La línea entre la realidad y la fantasía se pone borrosa. Es imposible saber si los sentimientos de ella son genuinos o solo una ilusión.
Para empeorar las cosas algo del pasado de Sean sale a la superficie. Devastada, Avery se da cuenta que Sean no es el sujeto que pensaba que era. El corazón de Avery no puede soportar otra pérdida y esta vez, parece que está a punto de perderlo todo.
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